domingo, 24 de febrero de 2013

Todas las cobardías se van a convertir en tristezas, y haran que la vida se transforme en un continuo de muertes. Las valentías en cambio se convertiran en alegrías y le daran a la muerte el lugar y  la dimensión que le corresponde.

Los ojos mas tristes son los que tienen acumulados mas cobardías a lo largo de la vida. Se van apagando con cada una. Los niños son valientes, y tienen los ojos felices.

Las cobardias hacen que uno cada vez sea mas cobarde, y le cueste mas hacer una valentía y es cierto tambíen el camino inverso: con cada valentia uno se vuelve mas valiente. Sin embargo, creo que es posible que el proceso se revierta. Una persona puede estar muy cobarde y en determinado momento por algun motivo, hacer una valentia, o por el contrario,  estar valiente y caer en una cobardía.

Es imposible no cometer cobardias a lo largo de nuestra vida. Es importante notarlo, y es importante dar la batalla, para poder lograr al menos una valentia. Una valentia puede ser lo suficientemente importante para revertir todo un proceso de cobardias. De nuevo, el camino contrario tambien es posible.

El motor causante tanto de las valentias como de las cobardias, es la necesidad de amor. En el primer caso la persona es mas consciente de esta necesidad, y obra en consecuencia con valentía. En el segundo caso es un proceso inconsciente que se traduce en miedo mal entendido, y luego en cobardías.




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